Sinónimo de montaña rusa

Iara Bascur
5 min readNov 6, 2020

--

16 de Septiembre 2020, desde mi cuarto.

Fotografías: Iara Bascur

Monotonía, falta de variedad, que produce aburrimiento o cansancio. Realmente no experimentaba el significado real de esta palabra hasta que tuve que pasar por una monótona cuarentena. Mis días son levantarme, comer, hacer los trabajos de la facultad, comer, clases virtuales, comer y dormir, así, envuelta en un ciclo de aburrimiento eterno. La frase “pareces un pollo” empezaba a tomar sentido en mi vocabulario al punto de representarme totalmente. Incluyendo el pequeño problema que soy paciente de riesgo. Los primeros días, cuando solo eran 15 de cuarentena, mi optimismo era incomparable, hasta cuando veía a esa vecina que me cae tan mal, la saludaba con una sonrisa y unos “buenos días veci, que tengas un lindo día”. Pero cuando llegué a los 3 meses de cuarentena y vi que esta situación iba a durar más de lo pensado, me cayó la ficha y mi esperanza de salir pronto se agotó completamente.

Un día estaba sentada en mi cocina, escribiendo un parcial, me encontraba muy nerviosa por la nueva modalidad de clases online hasta que tocaron la puerta. Me pare rápidamente, cuando abrí entró una ráfaga de felicidad, amor y cariño reparador. Sus ojos transmitían miedo, y sus orejas caídas representaban la incertidumbre de lo nuevo. Su cola, entre sus patas largas que iban a pasos lentos, explorando cada baldosa que pisaba como si fuera un destino incierto y dudoso. “Trajimos una sorpresa, fue rescatada de una casa donde la maltrataban un montón, hay que darle mucho amor y cariño, se lo merece” nos dijo mi mamá a mi hermanito y a mí al ver nuestras caras de sorpresa y perplejidad. En plena pandemia había llegado un nuevo miembro de la familia con el propósito de mejorar nuestra monotonía y su vida. Decidimos llamarla Lucero, por lo que representa, es una hermosa y fuerte galga.

Los primeros días mis otras mascotas la miraban con recelo, pero pronto su mirada cambió a seguridad y tranquilidad, sus orejas levantadas atentas a cualquier ruido. Sus pasos cambiaron a saltos y su postura entera mostraba agradecimiento. Realmente era una compañía que nos hacía falta. Me olvidé de mencionar que tiene una pata fracturada y mal soldada por lo que tiene un caminar muy gracioso y particular.

Mi cuarentana siguió igual solo que con Lucero era más entretenida. Llegué al punto que mi lista de Netflix estaba vacía por lo que opté por salir a observar mi entorno. Vivo en un barrio cerrado, donde las calles son de tierra y el sonido de las aves cantando es la música del ambiente. Casi siempre hay algún niño andando en bicicleta o paseando algún perro, pero cuando salí me encontré con un vacío, triste y silencioso, los ladridos de los perros habían cesado y las llantas de las bicicletas dejaron de impactar contra la calle rocosa. Me senté a observar y estaba tan solitario el ambiente que no me quedaba otra que perderme en mis propios pensamientos. Desde que empezó la cuarentena me volví una persona más observadora, ya que hasta lo mas minúsculo llamaba mi atención. Es muy gracioso porque a pesar de las adversidades uno intenta ser positivo, pero hay cosas que te superan.

Un mes después de la llegada de Lucero, esa ilusión de positivismo y buscar la felicidad en pequeñas cosas, se cayó como el agua de una cascada a lo profundo del lago. Una mañana me desperté, presintiendo que algo había pasado. El escenario de mi casa había cambiado, después de 4 meses de cuarentena, las mañanas eran siempre iguales, pero esta era totalmente diferente. Un rostro de preocupación y dolor entró a mi habitación “Falleció el abuelo” me advirtió mi mamá. El mundo se me vino encima y cuando pude conectar con la realidad, entre palabras trastabilladas dije “Bueno, ¿Cómo está papá?” A causa de la pandemia no pude despedirlo, mi familia no pudo despedirlo, mi abuela en especial no pudo despedirlo. Estuvo meses internado, hasta que llegó su día. Ciertamente era algo inevitable pero dentro de tu cabeza ves todas las posibilidades para revertirlo.

A partir de ahí mis días se convirtieron en un dilema. Entre papeleo y papeleo me convertí en una indagadora innata. El ir y venir de mi familia, las llamadas colmadas de lágrimas, los recuerdos nostálgicos, los abrazos largos y reconfortantes. Mis amigos más presentes que nunca, la virtualidad se había convertido en una gran herramienta para preservar nuestra amistad, dando su apoyo constante. Pronto las cifras de contagios y muertos empezaron a subir y no pude evitar sentirme mal por las familias que no pueden despedir a sus seres queridos.

Críticamente mis 6 meses de cuarentena fueron un subi-baja, un día estaba súper feliz y motivada, pero al otro estaba súper triste y no me quería levantar de la cama. Al salir a comprar y ver los gestos de las personas cargados de pesimismo y cansancio, me di cuenta de que no soy la única que se siente así. La facultad es mi cable a tierra, aunque a veces me agobia demasiado.

El cielo se convirtió en mi más profunda inspiración. Todos los días con un color distinto. Las nubes con formas diferentes, más grandes, más chicas, en líneas, redondas. Me trasforme en una critica especializada, observar la profundidad del cielo, como los colores diversos dibujaban suavemente el horizonte digno de ser plasmado en la galería de un museo. Las estrellas se asoman de manera tímida, pero su brillo alumbra hasta el objeto mas oscuro. Siembran intriga al pensar como llegaron tan lejos.

Fotografías: Iara Bascur

Empecé el año teniendo expectativas de la nueva vida que venía hacia mí. Irme lejos de mi familia a vivir dentro de un departamento para estudiar lo que me gusta. Independizarme de cierto modo, pero el año tomo otro rumbo. Pasó todo lo contrario, un encierro infinito, como animal de zoológico, sin saber que va a pasar. Depender de la virtualidad y los ánimos de los demás. Creerme pintora, hacer ejercicio, comenzar a meditar, explorar mis capacidades en la cocina. Perder familia, perder amigos. Crear nuevos lazos afectivos, conocer gente nueva, adoptar un perro. Si tuviera que describir cómo fue mi cuarentena diría que es el sinónimo de montaña rusa.

--

--

Iara Bascur
Iara Bascur

Written by Iara Bascur

Estudiante de comunicación Social :)

No responses yet